La corriente galvánica o también conocida como corriente continua, es un tratamiento que se aplica mediante electrodo, ¿CONOCES LA CORRIENTE GALVÁNICA? No tiene cambios de polaridad y es superior a las fuerza iónicas y moleculares.

Los tratamientos aplicados con corriente galvánica facial, no son invasivos, ni generan dolor y son muy eficaces durante sus aplicaciones a nivel local.

Esta corriente tiene la capacidad de provocar cambios químicos a nivel de organismo, principalmente en la piel. Es sumamente utilizada y eficaz en el mundo de la cosmética.

Beneficios de la corriente galvánica:

1. Devuelve oxígeno a la piel con la corriente galvánica

Como ya sabemos, nuestro estilo de vida(alimentación, ejercicio, descanso) influye directamente en el buen o mal estado de la piel y aún siguiendo unos hábitos de vida saludables sigue siendo insuficiente para mantener nuestra piel oxigenada. Los agentes externos afectan considerablemente a la piel, los ambientes se encuentran cada vez más cargados, también ha aumentado el consumo de productos químicos y tóxicos que se encuentran presentes en numerosos alimentos y que influyen en el envejecimiento prematuro de la piel.

Los tratamientos con corrientes galvánicas son una opción ideal para activar y oxigenar las células, consiguiendo así una mejora notable en nuestra piel. Esto se debe a la activación de la microcirculación que provoca este tipo de corriente.

2. Protege la firmeza con la corriente galvánica

Conforme pasa el tiempo, la piel va perdiendo elasticidad y las células relentizan su regeneración, es decir, se van formando cada vez menos células y de menor calidad, lo que provoca que la piel disponga de menos consistencia dando lugar a la aparición de arrugas.

La emisión que genera este tipo de corriente, permite aumentar la permeabilidad de las membranas celulares, es decir, permite que las células reciban más nutrientes procedentes de la sangre activa en la microcirculación, además de facilitar la eliminación de sustancias no necesarias. Estos dos fenómenos provocan que la piel se vuelva mas fuerte y resistente.

3. Piel suave como la de un bebé

El envejecimiento de la piel, no solo se traduce en arrugas marcadas, y en la textura de la piel como por ejemplo aspereza que es un síntoma inicial de este proceso.

La corriente galvánica estimula la función secretora de las glándulas de las glándulas provocando que estas mejoren su funcionalidad. El aumento de oxígeno y nutrientes también son encargados de devolver el equilibrio del pH recuperando una piel suave en pocas sesiones.

4. Hidratación total con corriente galvánica

Existen numerosos cosméticos destinados a recuperar la hidratación y elasticidad de la piel, pero ninguno es tan eficaz como la crema que puede fabricar nuestro propio organismo.

La corriente galvánica actúa directamente en la activación de la producción de colágeno. Las célula envejecidas y deshidratadas de la piel se sustituyen por una piel sana. Aumenta la circulación sanguínea y por lo tanto más oxígeno, lo que aporta un aspecto más compacto y fresco a la piel. Todo esto conlleva a una mayor hidratación y humectación en la superficie ofreciendo un aspecto más joven.

5. Reducción de arrugas con corriente valcánica

La corriente galvánica facial, se considera un gran tratamiento antiarrugas de la piel envejecida. El impulso eléctrico dado a la piel es la clave del tratamiento. Otro factor de envejecimiento prematuro es el desequilibrio químico en nuestro cuerpo. La corriente galvánica permite equilibrar estos procesos, y por tanto aportar una mejor consistencia que desencadena en menos arrugas.

6. Menos líneas de expresión

Una línea de expresión acaba forjando una arruga y viceversa. La corriente galvánica es una gran opción a recurrir si queremos reducir las lineas de expresión. Con sesiones regulares podemos evitar su aparición a la vez que reducimos el aspecto de las líneas ya marcadas.

7. ligera, firmeza y luminosidad

Cuando se trabajamos la piel con corriente galvánica, su tono se vuelve más claro, reduciendo así los signos de envejecimiento. Facilita la eliminación de toxinas (que son las responsables del envejecimiento) con su poder antioxidante. Los iones negativos (encargados de atrapar las toxinas de la piel e impurezas) son atraídos hacia el electrodo con carga positiva. Como resultado de todo este proceso, obtenemos una piel más limpia y libre de acné.