Las estrías son fracturas de la piel que aparecen debido a una excesiva distensión provocada por embarazos, obesidad, desarrollo puberal o excesivo desarrollo muscular.

Suelen aparecer de manera más habitual en las mujeres, pero los hombres también pueden llegar a sufrirlas. El motivo principal de la aparición de las estrías es una distensión en la piel. Cuando la piel se estira de manera brusca, las fibras de colágeno y elásticas se rompen formando estrías. Esta distensión suele ser intensa y prolongada y puede deberse a un aumento de peso repentino o a una pérdida del mismo, o en ocasiones debido al embarazo.

Las zonas del cuerpo más susceptibles de sufrir estrías son pecho, brazos, glúteos, abdomen y cadera.

Inicialmente suelen ser rojas o moradas, pero con el tiempo tienden atenuarse hacia un tono blanco-plateado.

No son dolorosas ni dañinas, pero a algunas personas no les gusta estéticamente.

La causa es el estiramiento de la piel. La gravedad se ve afectada por varios factores, como es la genética y el grado de estrés en la piel o el nivel de la hormona cortisol. El cortisol es una hormona producida por las glándulas suprarrenales, que debilita las fibras elásticas de la piel.

 

Tipos de estrías
  • Estrías rojas: se deben a la ruptura de capilares sanguíneos. Es importante evitar rascarse para no agravar la situación.
  • Estrías moradas: se trata de una fase intermedia de la estría.
  • Estrías blancas: surgen por un déficit de riego sanguíneo en alguna zona concreta del cuerpo y esto significa que el organismo no es capaz de cicatrizar de manera correcta o lo hace muy lentamente
Personas tienen mas predisposición a la aparición de estrías:
  • Mujeres
  • Personas con predisposición genética
  • Mujeres embarazadas
  • Personas que han sufrido un aumento o reducción de peso considerable.
  • Personas de piel caucásica.
  • Adolescentes en pleno momento de crecimiento.
Como prevenir las estrías

Son difíciles de eliminar, pero se pueden prevenir, algunos consejos son:

  • Mantener un peso adecuado sin cambios bruscos.
  • Mantener una actividad física diaria.
  • Llevar una buena hidratación de la piel, especialmente durante el embarazo.
  • Beber mucha agua.
  • Llevar una alimentación rica en fibra.
  • Comer alimentos ricos en vitaminas A,C y D por su ayuda a la formación de tejidos blandos y cicatrización.
  • Tomar alimentos ricos en zinc por su efecto cicatrizante.
  • Evitar el consumo de grasas.
  • No rascarse

 

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