La barrera cutánea o estrato córneo es la primera linea de defensa de la epidermis contra los contaminantes, bacterias, toxinas y otros factores externos. Es decir, actúa como protección de la piel de las agresiones externa.

La barrera cutánea desempeña funciones vitales como controlar la pérdida de agua, prevenir enfermedades como las infecciones víricas e impedir que las bacterias penetren en la piel provocando brotes o acné.

La piel es el órgano mas grande del cuerpo humano. Su función es separar nuestro organismo del exterior. Protege contra la deshidratación y contra la penetración en el cuerpo de sustancias perjudiciales. Para entender esto, sería como un muro en el que los ladrillos son las células epidérmicas y el cemento los lípidos que se encargan de la cohesión de estas células. Si falla alguno de estos dos elementos podríamos estar en riesgo.

Desafortunadamente, dañar la barrera cutánea es bastante fácil. Los factores externos tanto naturales como genéticos, pueden hacernos más susceptibles a una barrera cutánea sensible y fácilmente alterable.

La barrera cutánea es también la que va a determinar el aspecto saludable y uniforme de la piel. Si funciona perfectamente, cumple con su papel de retener el agua para mantener la piel hidratada, suave y elástica. También se defiende de las agresiones ambientales como la contaminación, y es menos propensa a la sensibilidad e irritación.

Por otro lado, si la barrera cutánea está dañada y no funciona como debería, la tez será vulnerable a los agentes externos y propensa a la hidratación o a la pérdida de agua transepidérmica, lo que provocará un aspecto apagado y seco. Cuando esta reseca se vuelve mas permeable a los irritantes y alérgenos y estos pueden penetrar en la epidermis y desencadenar en una inflamación. Otros efectos que puede provocar son decoloración, laxitud y arrugas prematuras.

 

Como mantener la barrera cutánea sana

Un mal estilo de vida, la radiación UV el tabaco y la exposición a la contaminación son sus peores enemigos. También exfoliarse o limpiarse en exceso así como utilizar productos agresivos como disolventes, perfumes y sustancias químicas irritantes o ducharse con agu muy caliente son otros de los factores que debemos evitar. Para cuidar la barrera cutánea debemos empezar desde dentro siguiendo una alimentación saludable y equilibrada que nos aporte nutrientes y vitaminas.

Además algunos consejos son: utilizar un limpiador adecuado a tu tipo de piel para eliminar impurezas o restos de maquillaje o contaminación que haya adquirido la piel a lo largo del día; luego calma la piel con un tónico también adaptado a tu tipo de piel y aplica un serum protector. A partir de ahí, hidrata la piel y protégela siempre con un factor de protección solar alto incluso en invierno y aunque esté nublado. Haz esto todos los días por la mañana y por la noche. Una vez a la semana es recomendable realizar una exfoliación para ayudar a retirar las células muertas y aumentar la regeneración.

 

 

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