Cómo prevenir y acabar con el acné provocado por el uso de las mascarillas
Las mascarillas ya forman parte de nuestro día a día y todo apunta a que nos acompañarán una larga temporada. Integrarla en nuestra vida es necesario, por responsabilidad social y para evitar el riesgo de contagio, pero debemos tener en cuenta que el uso continuado de estas protecciones tiene un efecto directo sobre la calidad de la piel y debemos adaptar nuestra rutina de cuidado facial para evitar que uso tenga efectos visibles en nuestro rostro.

Nuestro rostro no está acostumbrado a la falta de oxigenación. A esto, súmale el calor, la humedad y el roce que genera la mascarilla… el resultado es el caldo de cultivo perfecto para crear o acentuar un brote de acné”.

Para prevenir las afecciones cutáneas relacionadas con las mascarillas, lo principal es reforzar nuestra rutina de limpieza y compensar con hidratación seguir estas recomendaciones:

1) DOBLE LIMPIEZA

Aunque evitemos el maquillaje, es probable que nuestros poros hayan llegado a taponarse por la falta de transpiración. Para conseguir que nuestra piel respire de nuevo, desde Bbeauty Madrid os proponemos la técnica de la doble limpieza combinando un producto formulado en aceite, que consigue penetrar mejor en el poro y eliminar la suciedad, con otro en base acuosa. Estos últimos forman espuma que al retirarla, nos ayuda a acabar con impurezas, partículas contaminantes y regular el exceso de grasa de la piel. “Al contrario de lo que pueda parecer, la doble limpieza no es agresiva, es adecuada para todo tipo de piel y nos ayuda a purificar y oxigenar la piel, imprescindible en estos momentos para evitar la irritación. Recomendamos repetir esta rutina por la mañana, recién levantadas, y al acostarnos”.

2) REPARAR Y CALMAR

El uso de mascarillas y el prolongado en pómulos, nariz y barbilla hacen que nuestra piel esté mucho más reactiva y sensible que de costumbre. Por ello, es adecuado utilizar un producto humectante que calme y repare la piel para que así recupere un aspecto sano y luminoso. Como extra, podemos recurrir a una mascarilla una vez por semana que ayude a reconstruir la barrera cutánea para mantener un nivel de hidratación óptimo y una piel fresca, flexible y suave.

“Las zonas que más sufren son aquellas que están expuestas al roce constante de la mascarilla. Si estas protecciones están elaboradas con materiales derivados del plástico,
como en el caso de las mascarillas quirúrgicas, es muy probable que la piel se irrite en exceso. Para evitarlo, podemos aplicar vaselina en estas zonas.

Los tratamientos en cabina pueden potenciar la rutina de limpieza e hidratación en casa, trabajando en las capas más profundas de la piel. Al tratar el rostro desde su interior,
conseguimos preparar la piel para que los principios activos penetren y sean mucho más eficaces.

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