Invierno y confinamiento conforman una mala compañía para la piel. Estos dos factores pueden dar paso a poros abiertos, acné, marchitamiento fotoinducido, arrugas finas o profundas, manchas difusas o circunscritas… La buena noticia está en que cualquier imperfección de la textura cutánea, que comprometa su luminosidad o relieve puede mejorar con peelings médico de invierno.

Tratan la piel en superficie, sin pasar de la epidermis. Aunque alcanzan distinta profundidad, no trascienden las cuatro capas que la constituyen (capa córnea, estrato granuloso, estrato espinoso, capa basal). Son interesantes para renovar el estrato córneo en su totalidad, dejando aflorar una piel nueva, más saludable y luminosa. Los peelings superficiales suavizan las imperfecciones, afinan la textura de la piel y reducen los poros, mejorando arrugas finas y manchas solares, sin eliminarlas completamente. Algunos son especialmente interesantes para problemas específicos como acné, exceso de secreción sebácea y foliculitis.

Alfahidroxiácidos. Con una concentración del 20% como máximo, son ácidos conocidos como el glicolico, la vitamina C y el mandélico. Otros alfahidroxiácidos de similares características son el málico, tartánico y ferúlico, que además de antioxidante, es el de mayor penetración.

Ácido tricloroacético. Se emplea en disolución máxima del 10%. produce un descamado químico que es de utilidad para la piel. 

Betahidroxiácidos. Tienen una penetración específica en los poros por ser liposolubles. La solución de Jessner, un preparado con betahidroxiácidos como el ácidos salicílico, ácido láctico y resorcinol, es el peeling más empleado para el recambio celular d ellas pieles grasas.

Peelings medios  

Llegan hasta la superficie de la dermis papilar, en íntimo contacto con la epidermis. Obtienen resultados más eficaces en marcas de acné y problemas de pigmentación. Su alcance, mayor que los peelings superficiales, implican mayor corrección, pero también un tiempo de recuperación más prolongado, que cursa con eritema y discreta inflamación. 

Alfahidroxiácidos. Con una concentración entre el 25% y el 90% como máximo, son ácidos como el glicólico, que se emplea al 90%, en este tipo de peelings.

Ácidos tricloroacético. También conocido como ATC, se emplea al 35% sobre la piel.

Betahidroxiácidos. Se utilizan al 90% por su capacidad para penetrar en los folículos y limpiar el poro del acné. Además de secar el exceso de grasa, desprenden las células muertas que lo taponan.

Fenol. Este poderoso desinfiltrante con capacidad para atravesare las membranas celulares, se utiliza al 88% por su acción bactericida, antiséptica y fungicida.

Retinóico al 0,5% + Hidroquinona. Se utilizan en combinación para eliminar células pigmentadas de la superficie e interferir en la ruta metabólica d la tirosina, necesaria en el proceso de pigmentación. 

Peelings profundos 

Alcanzan la profundidad de la dermis papilar, eliminando todas las capas de la epidermis. Su nivel de corrección es tal, que eliminan arrugas superficiales, medias y profundas, logrando recuperar el fotoenvejecimiento de las pieles más estropeadas. Esta intensa renovación cutánea, induce una reestructuración d ella arquitectura dérmica y más concretamente del colágeno, cuya importante retracción, cambia el signo de la flacidez. Los peelings profundos deben realizarse por médicos con formación avanzada en este tipo de tratamientos, ya que no deben alcanzar la dermis reticular, comprometiendo la capacidad reparadora de la piel. Bien controlados, son los más eficaces en arrugas muy profundas de zonas con dermis gruesa, como las peribucales en la boca del fumador. Son asimismo, los mejores para el rejuvenecimiento integral de las pieles con intenso foto-daño. Dado que el espesor de la dermis difiere según las regiones faciales o corporales, los peelings profundos no se realizan en párpados, cuello, escote, escote o manos, zonas características de dermis fina. 

Ácido tricloroacético. En concentración máxima del 50%.

Peeling de Baker. Preparado del fenol 45-50% y aceite de Croton. 

Qué peeling elegir según el problema a tratar

Luminosidad. Peeling de Vitamina C + ácido mandélico. 3 o 4 sesiones, a razón de 1 al mes. 1 sesión de mantenimiento cada 3 meses.

Poro abierto y exceso de grasa. Peeling de ácido salicílico superficial. 3 sesiones, a razón de 1 al mes. 1 sesión de mantenimiento cada 6 meses. 

Acné activo. Peeling de ácido glicólico + ácido salicílico. 4 sesiones espaciadas cada 15 días.

Arrugas finas. Peeling de fenol light o peeling de ácido tricloroacético (TCA) al 10%. Fenol light en 3 sesiones, que se pautan espaciadas cada mes y medio. Ácido tricloroacético en 4 sesiones, que se pautan espaciadas cada mes y medio.

Arrugas profundas. Peeling de fenol (Peeling de Baker y Gordon). Sesión única tanto para el peeling de fenol como para el de tricloroacético al 35%.

Daño solar. Peeling de ácido ferúlico o bien, peeling de vitamina C + ácido kójico. Ferúlico en dos sesiones, que se pautan espaciadas cada mes y medio. Vitamina C + ácido kójico en 6 sesiones, que se pautan cada 15 días, mantenimiento cada dos meses para ambos tratamientos.

Melasma. Láser Focus de picosegundos + peeling de ácido retinoico al 0,5% con hidroquinona al 10%. Como alternativa, se puede aplicar la combinación de ácido tricloroacético al 10% + ácido tranesámico. El láser se aplica en 1 sola sesión para abrir canales que optimicen la penetración del peeling posterior. El peeling combinado se aplica en 4 sesiones, que se realizan una vez al mes.

Zona periocular. Peeling de ácido tricloroacético (ATC) para arruguitas. Peeling de fenol medio para ojeras marrones. Arruguitas o patas de gallo precisan 3 sesiones, a razón de 1 al mes. Ojeras marrones precisan 1 sola sesión.

Código de barras. Peeling de ácido tricloroacético al 35% + láser CO2 en barrido. Una sesión para aplicación del ácido tricloroacético y otra un mes después, para el barrido con CO2.

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